En fin amigos, y no tan amigos, me ha llegado el momento de
echarle narices de verdad al asunto y asumir que me voy, que ya no es la
ilusión que era y el imaginar historias que podría vivir si de verdad llegara
el momento que está a pocos días de empezar.. Dejar de comerse el tarro por
gilipolleces innecesarias y empezar a hablar de cosas serias, que son las que
vienen tocando.
Dejó de ser un “tío, que me han cogido para irme a Austria”
y alegrías por todas partes y enhorabuenas que me llovían, para convertirse en
un simple “cuídate mucho, nos vemos cuando vuelva” llantos y montones de despedidas que están al
caer, muy a mi pesar, porque soy una maricona y me emociono y lloro, y por eso
las odio, pero son inevitables, y aunque voy a volver, que eso está claro, son
seis meses, el tiempo pasa y las cosas
cambian, por mucho que yo trate de hacer que no.
Es duro despedirse de la gente que quieres, de las personas
que ves diariamente y que casi necesitas para vivir, pero esto es algo que si
no hago sé que estaré arrepentido mucho tiempo, y a la vuelta me alegraré de
haberlo echo, por mucho que otros hayan intentado convencerme de lo contrario para
que me quede aquí. Gente tan importante para mí como mi propia familia, amigos
que son hermanos, y que estoy seguro de que me estarán esperando a la vuelta,
porque por mucho que o quiera decir que vamos a estar muy en contacto, no tengo
yo tan claro que eso vaya a ser así, pero en fin, son consecuencias
inevitables, trataré de evitar acordarme de Melilla para no hacer de mi
oportunidad de hacerme mejor y más completo, una angustia y nostalgia constante,
y eso no quiere decir que no los vaya a tener presentes cuando toque hacerlo,
ni mucho menos.
Llevo ya desde que empezó este largo fin de semana
preparando ropa y todo lo que vaya a necesitar llevarme, no se me puede olvidar
nada, para colmo me siguen mandando tarea como si fuese una máquina capaz de
hacer siete cosas a la vez, voy a trasnochar como no lo he hecho en mi vida
esta semana, es lo que toca.
Resumiendo, que os quiero, a todos, a los que creéis que he
cambiado a peor, a los que más me vayan a echar de menos, a los que menos, a
los que me han apoyado a hacerlo, a los que además me ayudaron , a todos los
que no volveré a ver por irme antes del fin de semana, despedirme ahora, ya que
me he puesto tonto y deciros que nos vemos a la vuelta, ¡que no me muero coño!
Jajaja. Los partiditos de los viernes volverán a ser lo mismo en seguida, junto
al padel del domingo y la sesión de hípica de los sábados. Hoy que de verdad he
sido consciente de que me voy, me he emocionado, y me pesan los párpados más
que un lunes.
Esta es mi última entrada escrita desde tierras melillenses,
espero que os haya gustado y que me sigáis leyendo cuando escriba desde
Austria, que me va a ayudar un montón.
Que os quiero, por muy dramático que suene. Os dejo aquí algunas imágenes..
Gracias, y hasta otra.