18 de diciembre de 2013

SE AVECINA LO BUENO

Miércoles, 18 de diciembre, -1ºC en la capital cultural austríaca. Sí señores sí aquí sigo, joder. Este último mes ha sido una auténtica locura, me faltan horas de sueño de todas y cada una de las noches que han transcurrido en él. Tareas que se han ido acumulando de forma bestial, los exámenes, que no necesitan presentación, de por sí solos se bastan y se sobran. Pero bueno siempre se sacan cosas buenas de las malas, ¿no? Pues os cuento las mías: he aprendido a calcular los distintos parámetros del movimiento circular uniforme, diferentes formas de dividir una célula, lo máquina que era Bécquer, y como resolver radicales con fracciones, entre otras cosas. Y todo eso sin la ayuda de ningún profesor que me explique diariamente nada, salvo el máquina de Ale que me ha mandado son 23 mensajes de 23 clases de física, grande como él solo, lo tengo que querer. Bueno, pues si os cuento aquí lo que me importa haber aprendido esas cosas, me llaman la atención por usar lenguaje demasiado obsceno sin previo aviso, y no queremos eso. Pero vamos que eso vendría a ser sinónimo de poco, muy poco, a decir verdad no me interesa una mierda.
Todo esto quedó atrás esta tarde, tras mandar una tarea de inecuaciones a la señora profesora de matemáticas que me ha puesto su pedazo de diez, que campeona la tía, eh.
Tras esta dura hazaña, soy libre. Tengo muchas cosas pensadas acerca de este hecho de libertad en una ciudad tan grande en todos los sentidos como es Salzburgo. Una de mis principales intenciones es salir a conocer gente por  la calle un fin de semana por la tarde-noche, para ver que surge de esta prueba que aún no he podido llevar a cabo, tengo muchas ganas. También quiero ir a correr un poquito y respirar el aire fresco de aquí en la orilla del río, que es fantástico. Vienen mis padres a visitarme y quieren que les haga de guía turístico. Quién me iba a decir a mí que a los quince años iba a guiar a mis padres por una ciudad extranjera de Centroeuropa, un despropósito muy gracioso.
Por otra parte, y última por hoy, las niñas se van dentro de muy poco para Melilla, y es algo que me tiene muy preocupado, porque a nosotros aquí les ha faltado tiempo para llevarnos a sitios guapísimos, pero, ¿a dónde se las lleva en Melilla? No sé, lo importante es que no soy yo quien se va a ocupar de eso los tres primeros meses, los que espero les basten para adaptarse al ambiente y que no necesite mucho de mi ayuda, aunque no me importaría dársela, claro está.
Finalmente comunicaros que publicaré la siguiente antes de acabar las vacaciones para contaros como me han ido los planes, y os dejo aquí algunas fotos de lo que he estado haciendo las últimas semanas. Si hay algo más que queráis saber para completar el resumen que os he hecho, un comentario y se soluciona sin pega.

Gracias por aguantarme otro día más. Hasta otra, ¡y feliz Navidad!








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