Miércoles, 18 de diciembre, -1ºC en la capital cultural
austríaca. Sí señores sí aquí sigo, joder. Este último mes ha sido una
auténtica locura, me faltan horas de sueño de todas y cada una de las noches
que han transcurrido en él. Tareas que se han ido acumulando de forma bestial,
los exámenes, que no necesitan presentación, de por sí solos se bastan y se
sobran. Pero bueno siempre se sacan cosas buenas de las malas, ¿no? Pues os
cuento las mías: he aprendido a calcular los distintos parámetros del movimiento
circular uniforme, diferentes formas de dividir una célula, lo máquina que era
Bécquer, y como resolver radicales con fracciones, entre otras cosas. Y todo
eso sin la ayuda de ningún profesor que me explique diariamente nada, salvo el
máquina de Ale que me ha mandado son 23 mensajes de 23 clases de física, grande
como él solo, lo tengo que querer. Bueno, pues si os cuento aquí lo que me
importa haber aprendido esas cosas, me llaman la atención por usar lenguaje
demasiado obsceno sin previo aviso, y no queremos eso. Pero vamos que eso
vendría a ser sinónimo de poco, muy poco, a decir verdad no me interesa una
mierda.
Todo esto quedó atrás esta tarde, tras mandar una tarea de
inecuaciones a la señora profesora de matemáticas que me ha puesto su pedazo de
diez, que campeona la tía, eh.
Tras esta dura hazaña, soy libre. Tengo muchas cosas pensadas acerca de este hecho de libertad en una ciudad tan grande en todos los sentidos como es Salzburgo. Una de mis principales intenciones es salir a conocer gente por la calle un fin de semana por la tarde-noche, para ver que surge de esta prueba que aún no he podido llevar a cabo, tengo muchas ganas. También quiero ir a correr un poquito y respirar el aire fresco de aquí en la orilla del río, que es fantástico. Vienen mis padres a visitarme y quieren que les haga de guía turístico. Quién me iba a decir a mí que a los quince años iba a guiar a mis padres por una ciudad extranjera de Centroeuropa, un despropósito muy gracioso.
Tras esta dura hazaña, soy libre. Tengo muchas cosas pensadas acerca de este hecho de libertad en una ciudad tan grande en todos los sentidos como es Salzburgo. Una de mis principales intenciones es salir a conocer gente por la calle un fin de semana por la tarde-noche, para ver que surge de esta prueba que aún no he podido llevar a cabo, tengo muchas ganas. También quiero ir a correr un poquito y respirar el aire fresco de aquí en la orilla del río, que es fantástico. Vienen mis padres a visitarme y quieren que les haga de guía turístico. Quién me iba a decir a mí que a los quince años iba a guiar a mis padres por una ciudad extranjera de Centroeuropa, un despropósito muy gracioso.
Por otra parte, y última por hoy, las niñas se van dentro de
muy poco para Melilla, y es algo que me tiene muy preocupado, porque a nosotros
aquí les ha faltado tiempo para llevarnos a sitios guapísimos, pero, ¿a dónde
se las lleva en Melilla? No sé, lo importante es que no soy yo quien se va a ocupar
de eso los tres primeros meses, los que espero les basten para adaptarse al
ambiente y que no necesite mucho de mi ayuda, aunque no me importaría dársela,
claro está.
Finalmente comunicaros que publicaré la siguiente antes de
acabar las vacaciones para contaros como me han ido los planes, y os dejo aquí
algunas fotos de lo que he estado haciendo las últimas semanas. Si hay algo más
que queráis saber para completar el resumen que os he hecho, un comentario y se
soluciona sin pega.
Gracias por aguantarme otro día más. Hasta otra, ¡y feliz
Navidad!
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