26 de enero de 2014

Resumiendo el porvenir.

68 noches amigos, 68 fugaces noches las que me quedan en este país. Imaginaos como estoy aquí, que a más de dos meses para mi vuelta, ya estoy sufriendo por ella. Y si algo me da razones yo volveré con gusto a Melilla, pero nada ni nadie las tiene tío. Vamos a ver, yo sé que en Melilla están mis amigos y familia, gente que echo de menos, pero si pudiese verlos evitando volver pues sería un auténtico detalle. Que tampoco es que aquí quede con muchos amigos y que haga muchas que vaya a echar mucho de menos, pero es que Melilla tío, la gente de Melilla en concreto, porque si la ciudad estuviese vacía sería preciosa, pero es me da bastante repulsión la gente. También me he llegado a plantear que sea yo el que le de asco a la gente, como en el chiste del nota ese que decía que todos los coches iban en dirección contraria , pues más o menos. Espero encontrarle remedio a esa sensación mía, porque no me queda otra que volver.
El caso es que por otro la me da la sensación de que van a pasar muchas cosas interesantes por Melilla, lo que también pienso es que sólo me pasa cuando estoy escuchando música de esa que me sube el ánimo, puede que tenga algo que ver. 
En cuanto a cómo me va a mí os digo que ha venido  nevar justo el fin de semana, y he pasado tanto sábado como domingo rodeado de nieve y deslizando colinas con trineos, que guapada. El 'runrun' de la tarea ya vuelve a darme por saco en la cabeza, y sigo sin saber dónde queda la chavalería joven que todavía tiene prohibido beber en esta ciudad.
Dejando otros temas a un lado, perica ninguna eh, pero ninguna de ninguna, de que ni el amago puedo hacer, que tampoco me he dejado la vida en ello es un hecho, que no tiene pinta de que vaya a cambiar porque sería ocupar el cerebro demasiadas cosas, y al final me explota.
Muy probablemente cuando vuelva a Melilla tendré el Fifa 14. Cosa mala. Me va a sacar de mi casa quien yo te diga. Aunque siendo sincero para todo también tengo ganas de hacer algunas cosas en Melilla, no muchas, está claro, pero alguna que otra sí. Lo del viaje de estudios lo vamos a ir dando por un intento tonto y pasajero, aunque me haría muchísima ilusión ir la verdad. Me llevan con Sophie, la niña con la que hago el intercambio, al desierto, apenas dos semanas después de llegar a Melilla, y yo la verdad es que no he ido al desierto pero que tampoco es algo que sueñe desde pequeño, pero que puede estar curioso para ser sinceros.

Bueno, seguro que tenía más cosas que contaros, pero como no me acuerdo, lo dejaremos para la próxima, ¿no?
Un abrazo muy fuerte, y hasta la próxima.
 

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